Considerar a la esquizofrenia en su extensión a través de sus manifestaciones clínicas, no solo implica una ardua observación y discernimiento, sino también, la percepción de su insondable opacidad, derivada de la falta de detección precisa de una etiología y, por ende, de criterios sólidos para encuadrarla, lo cual torna falible o, al menos, incompleta toda estrategia para su abordaje. Es dentro de esta perspectiva, en la que este trabajo hipotetiza, en base a la teoría del neurodesarrollo, un impacto primario (irreversible) de la enfermedad sobre la conectividad neural (disminuida) y una respuesta secundaria (reversible) compensatoria o descompensatoria, a su vez, impacto y respuesta neurales presentarán sus correlatos (en virtud del epifenomenalismo) a través de las funciones psíquicas concomitantes, en calidad de efectos (síntomas) primarios y secundarios, también, al igual que el par neural, permanentes y transitorios, respectivamente.La dualidad de síntomas psíquicos en sus variadas combinaciones permitirá, desde la clínica, ensayar líneas conceptuales tendientes a vincular el neurodesarrollo encefálico anómalo de índole genética (impacto primario) con la evolución oscilante, una vez iniciado el cuadro,de ciertas estructuras y funciones neurales (respuesta secundaria), es decir, a grandes rasgos, constituyendo un probable trazado para la etiopatogenia de la enfermedad.En tan intrincado desarrollo, los recursos indemnes se irán extenuando hacia una culminación residual, signada desde un inicio por dicha damnificación primaria.
